21.2.05

Ezra Pound, un poeta con fuerza


Hay algunas obras de arte que no sólo hacen a uno sentir y/o pensar, sino que además, al leerlas, es como si tuviesen una fuente de energía propia; una intensidad capaz de propulsarte a algún lugar nuevo. Esa energía que te impulsa a moverte es difícil de encontrar. Está, por ejemplo, en la obra de Ezra Pound, a la que suelo volver una y otra vez.

Ahí van algunos ejemplos de ello, extraídos de sus poemas:

"Riámonos de la petulancia de The times:
¡CARCAJADA!
Lo mismo va para los críticos amordazados,
tendrán su recompensa cuando los gusanos serpenteen en sus órganos vitales;
estos son los que pusieron trabas a lo nuevo,
he aquí sus lápidas.
Apoyaron la mordaza y la argolla:
una pequeña CAJA NEGRA los alberga.
Y a ti también te pasará,
pequeño obstruccionista con vientre de furcia,
enemigo jurado de la libre expresión y las buenas letras,
eres un hongo, una continua gangrena."

"Querría bañarme en extrañeza:
estas comodidades amontonadas encima de mí, ¡me asfixian!
¡Me quemo, ardo en deseos de algo nuevo,
amigos nuevos, caras nuevas
y lugares!
Oh, estar lejos de todo esto,
esto que es todo lo que quise
salvo lo nuevo."

"Id, cantos míos, al solitario y al insatisfecho,
id también al que tiene los nervios deshechos,
al esclavo de las convenciones,
mostradles el desprecio que siento por sus opresores.
id como una gran ola de agua fría,
mostradles mi desprecio por los opresores."

[+...]
"Cuando observo los curiosos hábitos de los perros
me siento obligado a pensar
que el hombre es el animal superior.
Cuando observo los curiosos hábitos del hombre,
le confiezo, amigo, me desconcierta."

"Reúno estas palabras para cuatro personas,
alguien más puede cazarlas al vuelo,
oh mundo, lo siento por ti,
no conoces a esas cuatro personas."

"Vamos, empecemos con las nuevas reglas,
acabemos de una vez con el celestinaje y los chanchullos,
escupamos a quienes dan palmaditas a los barrigones en
busca de provecho,
salgamos un poco al aire libre.

¿O tal vez me voy a morir con treinta años?
Tal vez tendréis el placer de profanar mi tumba de pobre;
espero que os divirtáis, os prometo toda mi colaboración.
Ya hace mucho que tenéis la costumbre
de quitar de en medio a los buenos escritores,
o bien los volvéis locos o bien guiñáis cuando se suicidan,
o bien les perdonáis sus drogas
y habláis de su locura y de genio,
pero yo no me voy a volver loco para contentaros,
no os voy a favorecer con una muerte temprana,
oh, no, voy a aguantar el tipo,
sentiré vuestro odio serpenteando a mis pies
como un agradable cosquilleo,
digno de ser mirado con burla,
aunque la sospecha mueva a muchos,
y teman decir lo que os odian;
¿a qué saben mis botas?
Aquí tenéis el sabor de mis botas,
acariciadlas,
lamed el betún."

"He intentado escribir el Paraíso.
Que no os mováis.
Dejad hablar al viento
ese es el Paraíso.

Que los dioses olviden
lo que he realizado.
A aquellos a quienes amo,
perdonen lo que he realizado."

Ezra Pound (Hailey, EE UU, 1885 - Venecia, Italia, 1972) vivió muchas vidas en una: vivió en Estados Unidos, Inglaterra, Francia e Italia; influyó, entre otros muchos, sobre T. S. Eliot, James Joyce, o Ernest Hemingway; promovió dos grandes movimientos de vanguardia: el imaginismo y el vorticismo. Se mostró simpatizante del fascismo, y apoyó a Mussolini durante la Segunda Guerra Mundial, tras la cual fue capturado y, siendo declarado paranoico por los aliados, en 1946 fue recluido en un manicomio. Su obra poética es descomunal, y destacan Personae (1926) y Cantos (1970), obra cumbre en la poesía inglesa del siglo XX. Además, en su faceta como crítico, indagó en tradiciones poéticas como la provenzal o la china. T.S Eliot dedicó a Ezra Pound su obra El Erial.