paradojas
Una paradoja es una idea extraña y aparentemente contradictoria que desafía la lógica. Puede ser algo falso que toma la apariencia de verdadero, o a la inversa, ser verdad a pesar de su apariencia de falsedad.
Es el caso, a mi parecer, del fútbol y la física cuántica: existen tal y como son a pesar de su aparente absurdidad. La física cuántica explica leyes reales que rigen sobre el mundo y que sin embargo nadie cree, y el fútbol representa una farsa incomprensible que determina la vida de muchísima gente.
En el mundo cuántico existen multitud de paradojas que nos hacen dudar de la veracidad de sus planteamientos. Explicaré una de ellas, relacionada con la extraña vinculación que existe entre algunas partículas subatómicas.
Los cuánticos afirmaban que si tenemos dos partículas, por ejemplo dos fotones emitidos desde el mismo átomo, sí sabemos que han de tener una polaridad distinta, pero ninguno de los dos tiene una u otra polaridad hasta que no son forzados a manifestarse como tales. No tienen, por tanto, una polaridad definida, sino una probabilidad mayor o menor de tener una u otra. Si separamos esos dos fotones, aunque se encuentren en el extremo opuesto del mundo el uno del otro, en el momento en el que uno de los dos es observado toma inmediatamente un valor, pero lo más sorprendente es que el otro, por lejos que esté, recibe la información y toma automáticamente el valor opuesto. Einstein jamás creyó esta teoría cuántica, y junto a Podolsky y Rosen planteó la llamada Paradoja EPR, que niega la posible existencia de este tipo de transferencia de información, pues supondría que su propagación sucede a una velocidad mayor que la de la luz. En 1980, sin embargo, Alain Aspect logró demostrar mediante experimentos prácticos que, al contrario de lo que parecería lógico, esas partículas intercambian información a velocidades superiores a las de la luz, o bien poseen algún tipo de conexión no apreciable entre ellas (a lo que se llama realidad no-local). Lo divertido del tema es que estas teorías siempre fueron consideradas por sus descubridores como verdades temporales que la física clásica acabaría por desmentir o adaptar a la visión más coherente que nosotros tenemos del mundo: es decir, ellos mismos no creían en lo que estaban averiguando, si bien, paradójicamente, su autenticidad no sólo no se ha desmentido sino que se ha ido reforzando con los años, con multitud de experimentos y de aplicaciones prácticas.
Pero más divertido aún es, cómo no, leer al agudísimo Terry Pratchett, que en sus libros hace múltiples alusiones socarronas al tema de la cuántica. Ahí va una de sus impagables anotaciones a pie de página, sacada de su libro Mort, y que tiene mucho que ver con este tema concreto de la Paradoja EPR:
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Es el caso, a mi parecer, del fútbol y la física cuántica: existen tal y como son a pesar de su aparente absurdidad. La física cuántica explica leyes reales que rigen sobre el mundo y que sin embargo nadie cree, y el fútbol representa una farsa incomprensible que determina la vida de muchísima gente.
En el mundo cuántico existen multitud de paradojas que nos hacen dudar de la veracidad de sus planteamientos. Explicaré una de ellas, relacionada con la extraña vinculación que existe entre algunas partículas subatómicas.
Los cuánticos afirmaban que si tenemos dos partículas, por ejemplo dos fotones emitidos desde el mismo átomo, sí sabemos que han de tener una polaridad distinta, pero ninguno de los dos tiene una u otra polaridad hasta que no son forzados a manifestarse como tales. No tienen, por tanto, una polaridad definida, sino una probabilidad mayor o menor de tener una u otra. Si separamos esos dos fotones, aunque se encuentren en el extremo opuesto del mundo el uno del otro, en el momento en el que uno de los dos es observado toma inmediatamente un valor, pero lo más sorprendente es que el otro, por lejos que esté, recibe la información y toma automáticamente el valor opuesto. Einstein jamás creyó esta teoría cuántica, y junto a Podolsky y Rosen planteó la llamada Paradoja EPR, que niega la posible existencia de este tipo de transferencia de información, pues supondría que su propagación sucede a una velocidad mayor que la de la luz. En 1980, sin embargo, Alain Aspect logró demostrar mediante experimentos prácticos que, al contrario de lo que parecería lógico, esas partículas intercambian información a velocidades superiores a las de la luz, o bien poseen algún tipo de conexión no apreciable entre ellas (a lo que se llama realidad no-local). Lo divertido del tema es que estas teorías siempre fueron consideradas por sus descubridores como verdades temporales que la física clásica acabaría por desmentir o adaptar a la visión más coherente que nosotros tenemos del mundo: es decir, ellos mismos no creían en lo que estaban averiguando, si bien, paradójicamente, su autenticidad no sólo no se ha desmentido sino que se ha ido reforzando con los años, con multitud de experimentos y de aplicaciones prácticas.
Pero más divertido aún es, cómo no, leer al agudísimo Terry Pratchett, que en sus libros hace múltiples alusiones socarronas al tema de la cuántica. Ahí va una de sus impagables anotaciones a pie de página, sacada de su libro Mort, y que tiene mucho que ver con este tema concreto de la Paradoja EPR:
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Comentarios: 6
He escogido el día de hoy para meterme un poco con el fútbol, aprovechando que había partido F.C.Barcelona vs. Real Madrid, y seguro que los ánimos están más caldeados de lo normal, jejeeeejeje! Por joder un pokillo, vamos...
MUY BUENO LO DE TERRY PRATCHETT!!! :-D
:)
podrías patentar tu método pedagógico, da mucho de sí. Al hijo de una amiga le pusieron una peli de educación sexual para mostrar lo que NO era bueno hacer. En serio.
Jejejeeje!!! Joer!
Sí... yo llevo a la práctica mi método revolucionario de enseñanaza también en mi vida cotidiana: quedo con los amigos para tomar unas cervezas y cuando menos se lo esperan le suelto a alguno: "Oye, a propósito de lo que me comentabas sobre los reality shows, ¿has visto por la tele lo que han dicho sobre el último avance en nanotecnología?"
:D Saludos, nos vemos por la red.
Muy weno, otra vez has conseguido ke me jartara de reir.
Gracias, Juan Palomo, veo que tienes un gusto selecto! ;)
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