En días como éste

Hay días en los que te despiertas con la sensación de que te falta algo. Te cubre una extraña melancolía y, por mucho que te esfuerces, no sabes de dónde procede.
Ayer fue un buen día, y de hecho tengo motivos más que sobrados para sentirme muy feliz. No hace ni dos días que recibí una carta del Ayuntamiento de Elche anunciándome que uno de mis cuentos había sido seleccionado para ser publicado en un libro editado por la Concejalía de Juventud. Otras muchas cosas me han ido bien últimamente, pero el corazón es caprichoso, y ha querido que hoy una fina tristeza se instale en mí, sin que pueda evitarlo.
Últimamente siento una gran alegría, así que es posible que días como éstos sirvan un poco para equilibrar la balanza de los sentimientos. Pero también puede que sea que soy un poco raro (¿quién no lo es?); demasiado sensible acaso. Cualquier explicación podría ser válida. En mi vida se combinan impredeciblemente el fracaso continuo y la felicidad extrema.
Salvo en días como éste, todo puede llegar a parecerme perfecto en mi vida cotidiana; y quizás lo sea, también por días como éste.