Juego de tronos

“Cuando se juega al juego de tronos sólo se puede ganar o morir. No hay puntos intermedios.” Con estas palabras advierte la reina Cersei a Eddard Stark, Guardián de las Tierras del Norte, de lo peligroso que es el mundo de la corte en el continente de Westeros, donde existen los Siete Reinos, unificados bajo el gobierno de su esposo, el Rey Robert Baratheon, primero de su nombre. Esta frase define a la perfección las intrigas y duelos de astucias que presenciaremos al leer el libro. Este juego de conspiraciones es sólo uno de los principales ingredientes de una obra apasionante, que crea más adicción a medida que avanza, y que no deja de sorprender, con giros bruscos en su interesantísima trama.

Es el libro que ayer acabé de leer: Juego de tronos, el primer volumen de la monumental obra de George R.R. Martin, Canción de Hielo y Fuego, de la que se esperan un total de seis volúmenes, editados por Gigamesh.

La acción transcurre en el continente de Westeros, en un mundo en que las estaciones duran décadas. Allá, en las tierras del norte, un enorme muro ancestral se alza como una muralla colosal para proteger a los habitantes de los Siete Reinos de Los Otros, y de muchos peligros monstruosos y desconocidos que se ocultan más allá, en El Bosque Encantado. Pero se acerca el invierno más largo que se recuerde, y extrañas magias malvadas parecen aflorar...

Ya se habla de la saga de Canción de Hielo Fuego, de la que Juego de tronos es el primer volumen, como “el nuevo El Señor de los Anillos”. No es descabellado: Martin tiene una prosa depurada y hermosa, que hace que las casi 800 páginas pasen volando, la trama es imaginativa y muy sólida, y el libro está narrado con muchísima fuerza. Cada capítulo lleva el título de un personaje, que es el punto de vista que en ese momento escoge el autor para explicar lo que está pasando, a través de elipses que van al momento justo o, cuando conviene, un poco después... Esto crea una tensión formidable que incita al lector a avanzar por las páginas cada vez con más rapidez y ansiedad, porque George R.R. Martin hace que entendamos la motivación de cada uno de los personajes, que pinta con gran cuidado y detallismo; pero por otro lado (y eso es excepcional) el argumento es chocante y extremadamente cruel, y CUALQUIERA, incluso más de un personaje protagonista, puede morir en el momento más inesperado, como un secundario más a cuya muerte se hace referencia de pasada, casi como si de una Pulp Fiction de la fantasía épica se tratase.

En fin, no sé si la saga de Canción de Hielo Fuego será mejor que El Señor de los Anillos. Aún faltan por editarse (y por escribirse también) varios volúmenes. Lo que sí sé es que es de lo mejorcito que el mundo de la fantasía nos ha deparado desde que Tolkien escribiera su obra.

Como acostumbro a hacer a menudo, aquí os transcribo unas cuantas citas para abrir boca a quienes ya estén tentados. Espero que sirvan de ejemplo de la elegante prosa de George R.R. Martin, y de la magia que se desprende de sus palabras:

[+...]

-Pag. 505:
“Quizá fuera un truco de su mente, sabía que habían traspasado el fin del mundo, y eso lo cambiaba todo. Las sombras parecían más oscuras, y los sonidos más ominosos. Los árboles crecían muy juntos y ocultaban la luz del sol poniente. Bajo los cascos de los caballos, la fina capa de nieve crujía con un sonido como el de los huesos al romperse. Cuando el viento agitaba las hojas Jon sentía como si le pasaran un dedo helado por la espalda. Tras ellos quedaba el Muro, y sólo los dioses sabían que había entre ellos.”

-Pag. 771:
“La pira rugió en el ocaso cada vez más cerrado como una bestia inmensa que ahogara los gritos débiles [...] y lanzara al aire lenguas de llamas que lamían el vientre de la noche.”

-Pag. 108:
“Eran los objetos más hermosos que había visto en la vida, cada uno diferente, de colores tan vivos que al principio pensó que tenían incrustaciones de piedras preciosas, y tan grandes que tuvo que utilizar ambas manos para coger uno. Lo alzó con delicadeza, pensando que era de esmalte o de frágil porcelana, o incluso de cristal soplado, pero pesaba como si fuera una piedra maciza. La superficie del huevo estaba cubierta de escamas diminutas y, cuando le dio vueltas entre los dedos, brillaron como metal pulido a la luz del sol poniente. Uno de los huevos era de color verde oscuro con motitas de bronce que aparecían y desaparecían al moverlo. Otro era de color crema con vetas doradas. El último era negro, negro como el mar de medianoche, pero con remolinos y ondulaciones escarlata que parecían darle vida.
-¿Qué son? –preguntó, maravillada.
-Huevos de dragón, de las Tierras Sombrías que están más allá de Asshai –dijo el magíster Illyrio-. Se han convertido en piedra con los eones, pero conservan el fuego y la belleza.
-Los guardaré como un tesoro.”

-Pag. 91:
“En algún punto del gran laberinto de piedra que era Invernalia, un lobo aullaba. El sonido ondeaba en el castillo como una bandera de luto.
Tyrion Lannister alzó la vista de los libros y se estremeció, aunque la biblioteca era cálida y acogedora. El aullido de un lobo tenía una cualidad que arrancaba al hombre de su lugar y su tiempo, y lo abandonaba en un bosque oscuro de la mente, corriendo desnudo ante la manada.”

No sé si he despertado vuestro interés. En fin, vosotros mismos, yo ya tengo el segundo volumen en mis manos: Choque de reyes.

(QUIERO AGRADECER Y DEDICAR ESTE POST A TODOS AQUELLOS QUE ME RECOMENDARON EL LIBRO, EN ESPECIAL A XAVI CENTELLES Y ROSA PAZ, QUE ME LO REGALARON; Y TAMBIÉN A DAVID HERRERA, JE,JE, QUE ME AVISÓ DE QUE TUVIERA CUIDADO CON EL LIBRO, PORQUE ENGANCHA, LO QUE ES ESPECIALMENTE MALO CUANDO LA SAGA AÚN NO SE HA EDITADO COMPLETA.)