Monstruos
“Entre todas las cosas que pueden ser contempladas bajo la concavidad de los cielos, nada hay que avive más el espíritu, que cautive los sentidos, que espante más, que provoque en las criaturas una admiración o un terror más grande que los monstruos…”
Últimamente he estado enfrascado en lecturas, si cabe, aún más raras de lo normal; por lo que mi inspiración está viéndose afectada por la droga extraña del pánico, por el fantasma de la locura. Hoy soñé monstruos, monstruos de Poe, monstruos de Lovecraft y de August Derleth, monstruos de Baudelaire. No me culpéis a mí. La culpa es de ellos. Ellos son los monstruos.
“Una noche tal.
El frío se apodera de los nuestros y hemos de salir y cometer impunes actos.
Hemos de mostrarnos.
Y nos descubrís, aterrorizados, pero no huís.
Vivimos en vosotros.
Vuestro miedo nace y muere con nosotros.
Sois nuestra carne y nuestro alimento.
Sois el resultado de vuestra debilidad.
Y no os perdonaremos.
No os perdonaremos vuestra debilidad.
Seguiréis muriendo.”
La imagen con la que ilustro el estado de mis miedos es mía. De ella sí me hago responsable. De lo demás, ya digo, no: son las sombras que perturban lo soleado de mi placidez, que proyectan sobre mí esos monstruos de los que os quise hablar.
Pierre Boaistuau
Últimamente he estado enfrascado en lecturas, si cabe, aún más raras de lo normal; por lo que mi inspiración está viéndose afectada por la droga extraña del pánico, por el fantasma de la locura. Hoy soñé monstruos, monstruos de Poe, monstruos de Lovecraft y de August Derleth, monstruos de Baudelaire. No me culpéis a mí. La culpa es de ellos. Ellos son los monstruos.
“Una noche tal.
El frío se apodera de los nuestros y hemos de salir y cometer impunes actos.
Hemos de mostrarnos.
Y nos descubrís, aterrorizados, pero no huís.
Vivimos en vosotros.
Vuestro miedo nace y muere con nosotros.
Sois nuestra carne y nuestro alimento.
Sois el resultado de vuestra debilidad.
Y no os perdonaremos.
No os perdonaremos vuestra debilidad.
Seguiréis muriendo.”
J.Martínez Zeraval
La imagen con la que ilustro el estado de mis miedos es mía. De ella sí me hago responsable. De lo demás, ya digo, no: son las sombras que perturban lo soleado de mi placidez, que proyectan sobre mí esos monstruos de los que os quise hablar.
J.Álvarez.
15:43
Comentarios: 5
Me gustó mucho tu web. Tienes e-mail? Me gustaría darte unos cuantas recomendaciones de libros raros: terror, de fantasía, esotéricos y más que creo te gustarán. Un fuerte abrazo fuerte, y adelante con el proyetco que nos gusta!
It sucks!!
Really sucks!!
Mi correo, lo repito cada dos x 3, :) es dylanita@gmail.com para cualkier cosa que se os ocurra o que me queráis preguntar. Por cierto, J.Martínez Zeraval soy yo, para quien no lo sepa (mi pseudónimo), y ni que decir tiene que El Heraldo del Bastión de los Sueños soy yo tammbién. Bueno, mi alter ego :D Pero ya digo que de nada de eso me hago responsable. ;)
El miedo azota los sueños del débil, como el agua golpea incesantemente contra las rocas de la costa. Y en la pesadilla, el hombre cae por ese precipicio de rocas colosales, agua y viento. Y grita, con un alarido agudo y deseperado que sólo escucha su corazón.
Tío,¡Estás peor de la cabeza de lo que yo creía! A eso se le llama desdoblamiento de personalidad.
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