El epicentro de la suerte
Existe un foco de buena fortuna en la ciudad de Barcelona; un lugar donde los hechos favorables tienen mayor probabilidad, y desde donde el transeúnte puede dar un giro a los sucesos negativos. Según una vieja leyenda olvidada, en cada urbe ha de haber un punto así: puede ser bajo la sombra de un árbol, en un rincón de las escaleras de un sótano, o en un ascensor. En mi ciudad, este lugar que pocos conocen se encuentra en un bar.
La primera vez que visité el epicentro de la suerte lo hice por casualidad, y no sabía dónde me hallaba en realidad. Fue el final de una tarde bellísima que puso en orden mis ideas en un momento crucial para mí, y sé que las decisiones que tomé en aquella silla vieja de aquel humilde lugar aún tienen repercusiones positivas en mí. La segunda vez que fui a ese bar iba en compañía de un grupo de amigos, y una tragaperras me hizo ganar 21000 pesetas (unos 126 de los actuales euros) cuando el premio máximo eran 10000. La tercera ocasión en que llegué a aquel sitio mágico lo hice por primera vez de forma premeditada, puesto que necesitaba la fuerza de su radiación positiva. No sólo la obtuve, sino que de su fuerza se gestó uno de los relatos de los que más orgulloso me siento, y que me dió mayores alegrías.
Ayer, por fin, lo soñé, soñé ese lugar: en la noche, entré al bar, repleto de gente otrora, y me dejé engullir por la vorágine de su poder ignoto. El olvido me penetró junto a aquella oscuridad plácida de los objetos detenidos, pero sé que algo fantástico debió de suceder dentro de mí allí dentro. Y, en sueños, volé nadando por la inmensidad, como nunca antes había hecho.
La primera vez que visité el epicentro de la suerte lo hice por casualidad, y no sabía dónde me hallaba en realidad. Fue el final de una tarde bellísima que puso en orden mis ideas en un momento crucial para mí, y sé que las decisiones que tomé en aquella silla vieja de aquel humilde lugar aún tienen repercusiones positivas en mí. La segunda vez que fui a ese bar iba en compañía de un grupo de amigos, y una tragaperras me hizo ganar 21000 pesetas (unos 126 de los actuales euros) cuando el premio máximo eran 10000. La tercera ocasión en que llegué a aquel sitio mágico lo hice por primera vez de forma premeditada, puesto que necesitaba la fuerza de su radiación positiva. No sólo la obtuve, sino que de su fuerza se gestó uno de los relatos de los que más orgulloso me siento, y que me dió mayores alegrías.
Ayer, por fin, lo soñé, soñé ese lugar: en la noche, entré al bar, repleto de gente otrora, y me dejé engullir por la vorágine de su poder ignoto. El olvido me penetró junto a aquella oscuridad plácida de los objetos detenidos, pero sé que algo fantástico debió de suceder dentro de mí allí dentro. Y, en sueños, volé nadando por la inmensidad, como nunca antes había hecho.
Comentarios: 9
Creo que conozco ese sitio.Lo conozco y recuerdo las 21 mil "pelas" que te tocaron antes de aquel viaje.También recuerdo alguna conversación contigo sobre el hecho de volar en sueños.Y ahora me acuerdo de cual dijiste que era el sueño que representaba la felicidad máxima...Enhorabuena!
Me gusta mucho este estilo de escribir entre lo real y más cotidiano y lo fantasioso. He disfrutado leyendo el texto. Y he pillado la referencia a El Aleph de J.L.Borges. Una curiosidad: no lo digas si no quieres, pero ¿todo lo que cuentas es verdad? Es que es un poco difícil separar lo real de lo imaginado, y en parte eso es lo bueno pero queda la curiosidad
Por lo que dice mameluco parece que hay cierta parte de verdad, ¡pero es que parece un relato!
En el corazón del sueño,
una anomalía descubierta
florece y relampaguea como un milagro,
dejando trascender en los fueros desnudos
de la vigilia
los nuevos tiempos que despiertan.
un consejo, que nadie se fie de mameluco, es un perturbado que se quita los zapatos y aveces la ropa en el cine, vamos, un asquito de tio
Ya, Thibor, pero en este caso Mameluco es un perturbado con mucha razón: el bar en cuestión está en BCN, pero tiene q ver con Berga, y ¡existe! Y sí, josé l., el texto está basado (y no sólo basado) en hechos reales. Vamos, q es real, coño! :D Y lo que dice Mameluco, ya digo, tmbién.
No había leído esta entrada.
Yo tengo dos "lugares de poder", uno es un parque al que solía ir de niña donde jugaba con mi mejor amigo (un ciprés diez veces más alto que yo)
El otro es un bosque que hay cerca de mi casa donde me escapo a menudo.
-El disco de Gainsbourg lo puedes descargar desde mi post puse un enlace-
Saludos y suerte ;) Que curiosidad me produce pensar que bar puede ser. Repaso todos los que conozco.
crees k tu escogiste ese lugar, tu creaste su magia igual tu lo imbentaste o lo hicieron para ti????? 1beso
Creo q yo sólo encontré ese lugar q ya existía como algo mágico, aunque quizás sólo tenga magia para mí, no lo sé... :)
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