Mis discos favoritos (4)

Strange Days (The Doors)



Strange Days es el segundo disco de The Doors, y supone un gigantesco paso del grupo hacia el sonido psicodélico. Ya la canción que abre el disco y le da título, Strange Days, es inquietantemente “extraña”. En mi opinión toda la idea del disco gira en torno a esa idea de cambio y de extrañeza. Y por eso me encanta.
Este álbum, con aproximadamente un millón y medio de ventas, no conseguiría el éxito masivo de ventas de su álbum de debut (el primer disco, The Doors, vendió alrededor de 3´5 millones de copias), o de otros discos del grupo como el último (el L.A. Woman rondaría los 3 millones de copias); pero posee, desde luego, méritos propios para estar entre lo mejor del rock internacional de todos los tiempos. En primer lugar, como siempre, esa voz, ese carisma arrollador y esa poesía tan especial del líder del grupo, el genial y controvertido Jim Morrison (¿el primer punk de la historia?). Luego está el indudable riesgo que entraña esta orientación de las canciones hacia un sonido mucho más turbio y oscuro, que en mi opinión es más representativo del concepto y de la actitud del grupo, que quizás en el anterior disco suena excesivamente limpio y convencional. Y luego, claro, que las canciones están a la altura. Si en el anterior disco estaban las archiconocidas Break on Through o Light my fire, y a la sazón terminaba con la épica e inigualable The End, en éste tenemos verdaderos temazos del mismo calibre (Strange Days, People Are Strange y Moonlight Drive son verdaderos clásicos imperecederos), y también un tema largo que culmina excepcionalmente el disco: When the Music´s Over es otra de esas maravillas que sólo Morrison era capaz de concebir, una canción-río que se alarga y se alarga como un enorme poema surrealista, a modo de improvisación, y que es el perfecto colofón para todo el disco. Además, este segundo disco de los Doors tiene una pieza de abrumadora radicalidad: un poema sórdido y extraño (puede verse que la palabra extraño se repite una y otra vez al hablar de esta obra) titulado Horse Latitudes.

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En el universo del pop-rock estaban sucediendo “cosas” en aquel verano del amor de 1967, y los Doors supieron adaptarse a ese momento de cambio con este Strange Days de octubre de ese año (que salía a la luz tan sólo 9 meses después del primero), un disco difícil y (valga la redundancia) extraño, que daba un giro al material del grupo hacia los sonidos más hippies y psicodélicos que de una forma u otra afectaron a todos los músicos de rock del panorama internacional. Me gustaría recalcar lo mucho que me cuesta escoger un disco “preferido” en la discografía de este grupo mítico… Este sin duda es una maravilla a descubrir, y ya he dado mis razones de porqué me parece tan estupendo y original, pero hay que decir que no menos recomendables son otros álbumes de The Doors como el primero, de título homónimo (The doors, 1967), el tercero (Waiting for the sun, 1968), o el último (L.A. Woman, 1971), poco después del cual Jim Morrison moriría y ya nada volvería a ser lo mismo…

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DYLANITA@GMAIL.COM