Vidas al margen (1)

Aleister Crowley, “La Bestia”

Aleister Crowley, apodado “La Bestia”, fue un mago y estudioso de la Cábala y lo esotérico, al que se considera el padre del satanismo moderno. Nació en Leanington, Inglaterra, en 1875, y murió en 1947 en Hastings.

Alrededor de 1894, Crowley entró en contacto con la importante sociedad secreta Golden Dawn, donde tomó el nombre de “hermano Perdurabo”, y consiguió alcanzar un alto lugar como iniciado. Finalmente, sin embargo, abandonó la orden, puesto que no podía seguir siendo un mero gregario, por muy alto que fuera su cargo. Perteneció a otras organizaciones esotéricas como la Orden de los Templarios Orientales (Ordo Templi Orientis), de la que sería jefe y Cabeza Visible, y finalmente en los años veinte fundó la suya propia: la Orden de Thelema.

Escribió El libro de la Ley, piedra angular de todas sus enseñanzas posteriores, y también El diario de un amigo drogado, Confesiones, y un puñado de versos pornográficos. Además se dedicó a la pintura, pero yo destacaría, por encima de todas sus otras gestas, la de la creación de un personaje público absolutamente genial, al que la prensa bautizaría como “el hombre más malvado del mundo” y “el ser más depravado de Inglaterra”…

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…Y es que Crowley disfrutaba ganándose la fama de malvado y amoral. En una época de fuerte represión y conservadurismo como la victoriana, él practicó incansablemente sus tres grandes pasiones: el estudio y práctica de los rituales de la Mágika, el consumo de drogas (hachís, cocaína, opio, morfina y heroína), y la práctica del sexo (según se dice, con más de cien mujeres y casi otros tantos hombres). Serviría como ejemplo de su sentido de la moral la forma en que recibió en 1900 la noticia de la muerte de la reina Victoria de Inglaterra: salió a la calle lanzando su sombrero al aire y dando gritos de alegría. Su comportamiento en las fiestas de la alta sociedad, a las que solía ser invitado, era espectacular; siempre era noticia: más de una vez dejó sus excrementos en alguna silla, y acostumbraba a regalar a las damas su “beso de la serpiente”, que consistía en acercarse y morder la muñeca de alguna pobre inocente con sus dos dientes incisivos que llevaba convenientemente afilados para ello.

Aleister Crowley fue un hombre temido y odiado en su época, y una figura sin duda interesantísima, sobre la que os recomiendo leer algo más, pues su vida está plagada de anécdotas sorprendentes. Aquí os dejo algunas citas más para abrir boca:

- “Fui al zoo con Frieda. ¡Los esclavos formaban una cola de más de una milla de longitud! Cuando me colé, sólo uno se atrevió a protestar, pero con una mirada le hice regresar a su nativa vileza.”

- “Los cristianos son como los cadáveres de los ahogados, que se hallan hinchados por la putrefacción.”

- “Yo To Mega Terrino, por lo antes expuesto, te condeno, Jesús, Dios esclavo, a ser escarnecido, escupido, flagelado, y después crucificado.”

(Fotomontaje de J.Álvarez, de El Bastión de los Sueños.)


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