Flotando en mi mente

En los últimos días vuelan por mi mente nuevas ideas, alegrías, preocupaciones, y algunos planes de cambios. Todos estos vientos presentes y futuros soplan en las cercanías del Bastión de los Sueños, y se filtran en lo que escribo, como en el poema de hace unos minutos.
Hoy he soñado que yo era el Señor de los Sueños: era omnipotente, y nada podía dañarme. El Bastión de los Sueños me protege últimamente mientras duermo, pero esa luz reflejada en mí desde la gran construcción onírica, claro, sólo ha de servirme para generar alegría, no para destruir. El brillo del bastión es como lo que trato de ser: pretendo que el mundo sea un sitio mejor para los que tengan contacto conmigo, y no siempre lo conseguiré, pero ese deseo me da poder... Y soy fuerte, aunque al despertar mi fuerza se diluya hasta ser invisible ya, y me sienta un poco impotente, un poco estúpido e iluso y defraudado, en la vigilia. Pero también me reconforta esa carencia de poder alguno, esa debilidad de mi persona. Porque así os necesito a vosotros, y es con vuestro empuje y vuestro apoyo como puedo avanzar. Así ha de ser. Podéis condenarme si creéis que lo merezco.