The Sandman: Estación de nieblas

Hoy he comenzado a leer Noches Eternas, el enésimo volumen de The Sandman surgido tras el fin de la serie que supusiera un antes y un después en el mundo del cómic, que ha caído en mis manos. En Noches Eternas el propio Neil Gaiman, creador de la serie, escribe los guiones de las historias ilustradas por dibujantes de la talla de Bill Sienkiewicz, Milo Manara, o Miguelanxo Prado… un lujazo, vamos.

Esto me sirve de perfecta excusa para hablaros (otra vez) de mi obra literaria preferida: la gran novela gráfica en 75 números que es The Sandman…



Estación de nieblas es mi arco argumental preferido de The Sandman. En él, Lucifer abandona el gobierno del infierno, dejándolo vacío y expulsando de él a todos los seres: muertos, demonios, ángeles caídos y todos los demás. Lucifer regala a Morfeo, Rey del Sueño, la llave del infierno, diciéndole:

-Quizás te destruirá, quizás no. Pero dudo que te haga la vida más fácil.

Al volver a su reino, Sandman (Morfeo) recibe la visita de multitud de entes y dioses de distintos panteones que codician la llave, entre ellos Odín, Anubis o los ángeles Remiel y Duma. Uno de esos invitados en el Reino del Sueño, el demonio Azazel, ataca a Morfeo para obtener la llave, y como resultado acaba encerrado dentro de un frasquito. En su reino, Sueño de los Eternos es omnipotente…