Monstruos de hoy: 1

De vuelta a casa

Es curioso ver como la adolescente dirige hacia mí su atención, y no hacia ninguno de los invertebrados chicos de su edad que merodean alrededor. A ella, y a otras como ella, les gustamos porque somos altos, porque pueden adivinar las muchas peleas en los surcos de nuestra piel, porque aparentamos ser independientes y dirigentes de nuestras vidas (aunque no todos lo somos), y quizás porque presienten el alcohol y el resto de sustancias perniciosas en nuestros órganos, porque aman nuestra extrema complejidad. Son incapaces de entender (con sus suaves almas empujando como presos que imploran tras sus ojos juveniles) hacia dónde nos movemos ni porqué. Nos desconocen.

Me mira sin disimulo, o con el disimulo desentrenado de una joven de su edad, que yo me zampo al vuelo mientras le devuelvo su reflejo con mis gafas de espejo. Aprieto la mandíbula mientras el humo del vicio se escapa por la nariz aún algo hinchada, y el cabello de mi flequillo taparía mis ojos casi por completo si éstos pudieran verse. Todo mi contorno silueteado en el atardecer, así como mis movimientos urgentes, parecen estar diciéndole: "no estoy, aquí sólo estás tú; mírate, yo soy sólo una sombra, nena".

Pasamos de largo. Mi figura, encorvada y negra, y la suya, menuda y acanelada, se cruzan como las de dos extraños, sólo que mis electrones y los suyos se ponen en contacto al acercarse, semejantes a dos materiales que tuviesen algo que ofrecerse. No creo, sin embargo, que el sudor pegado a cada uno de mis poros sea canjeable por el perfume dulzón en cada uno de los suyos.

Son las ocho de la tarde. Estoy a punto de llegar a casa, tras casi cuarenta y cinco horas de trabajo de campo. Me siento algo fatigado, pero completamente vital, como siempre. Es dura la vida de un monstruo como yo. En mi cabeza suena, claramente discernible, Lust For Life, de Iggy Pop. Si ya puedes escucharla tú también, andando a paso ligero entre el gentío ensimismado, has dado el primer paso en la dirección correcta, si es que quieres conocerme.


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