El viaje de Idea (1 de 12)

Esta es la historia en doce partes de como tres amigos (Idea, Caramelo y Computadora) emprendieron un viaje extraordinario hacia El Bastión de los Sueños.

Esta es la historia de una niña llamada Idea, y del largo viaje que ésta emprendió. Nuestra amiga (y lo es, porque en seguida viene hacia nosotros cariñosamente, y nos coge de la mano adentrándonos en la lectura del cuento…) vivía en la Aldea de los Niños, en el fabuloso Reino de Onirilandia. Allí, cada cual tenía su Casa de Juguete, y al crecer buscaba su Hogar de Mayor, que podía estar en cualquier parte. En Onirilandia no existían las familias (porque todos eran una gran familia), y por eso Idea nunca conoció a su madre, Imaginación, que un día hubo de emprender un largo viaje como el que a ella le esperaba.
Idea era una niña alegre, de unos nueve años de edad, a la que le gustaba saltar y bailar y reír, y era querida por todos. Su vecino y más inseparable compañero era Caramelo, un muchacho de pelo oscuro algo menor que ella, un poco tímido pero muy bondadoso y divertido. Juntos planeaban viajes que un día harían, para ir en busca de su Hogar de Mayor, y reían pensándolo. Pero sucedía a veces que Idea se quedaba entonces callada, porque había oído decir que el Miedo era el hijo de la Imaginación, y ella no quería crecer y convertirse en Miedo. Ni el sonido de esa palabra le gustaba demasiado.
La niña más callada de la aldea era Computadora, que casi siempre estaba en su casa preguntándoselo todo, y buscando respuestas a cuanto existía. Computadora era también muy risueña, y tenía un gran corazón, pero se sentía diferente a todos los demás, como si no perteneciese del todo a aquel lugar. Muchos nos sentimos a veces así, pero esto no importaba a Caramelo ni a Idea, que eran sus mejores amigos.

Una mañana Idea se despertó muy alterada, y rápidamente fue a casa de Computadora para hablar con ella.

-He soñado que abandonaba el pueblo –le explicó-. Caminaba hasta los límites que conocemos y me adentraba en la Niebla de Algodón que lo rodea. Eso significa que ha llegado la hora de que parta en busca de mi Hogar de Mayor, ¿verdad?

Computadora, la niña de rizados cabellos pelirrojos, miró a su amiga con preocupación a través de los cristales de sus gruesas gafas de pasta. Idea era más pequeña que ella, y sin embargo ya le tocaba marcharse hacia lo desconocido. Tras su melena castaña, aquellos ojos verdes llenos de desconcierto la miraban esperando una respuesta. Sintió algo de lástima por ella, pero pronto se animó:
-Sí, pero no te preocupes. Yo te acompañaré. Creo que también ha llegado mi hora, y al fin y al cabo no quiero quedarme en el pueblo si vosotros os vais…
-¿Nosotros?
-Claro, ¿crees que Caramelo se quedará si tú te vas?

Las dos rieron y se abrazaron, y pronto la dicha inundaba de nuevo sus corazones como un sol de mediodía.


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