Manderlay, tierra de injusticias

Manderlay. Dinamarca. 2005. Director: Lars Von Trier. Con Bryce Dallas Howard, Isaach de Bankolé, Danny Glover y Willem Dafoe. 139 minutos.

Manderlay, la segunda parte de la trilogía de películas que comenzara con Dogville, mantiene el excelente nivel de su predecesora, con un guión sin fisuras, una dirección impecable a cargo del siempre estimulante y provocador Lars Von Trier, y unas interpretaciones de altura (esta vez cambiando a Nicole Kidman por Bryce Dallas Howard en el papel de Grace, y a James Caan por Willem Dafoe en el papel de su padre).
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Lars Von Trier vuelve a la carga con la segunda parte de Dogville, Manderlay, una peculiar historia acerca de la esclavitud en América. El punto de vista, claro, ni se acerca a lo convencional: Von Trier es un radical, un provocador que eleva la experimentación constante a la categoría de arte en cada una de sus películas... Me encanta este tío: se atreve a dividir esta peli, Manderlay, en 8 episodios (ya haría algo parecido con Dogville, y también, de forma similar, en Rompiendo las olas), y no termina cada uno de ellos con fundido a negro, como sería lógico, sino con un fundido a blanco iluminador, que nos despierta y nos incita a recapacitar sobre lo visto hasta ese momento. Solamente el argumento ya se sale por sí solo de lo convencional por su atrevimiento y originalidad: el film es una reflexión filosófica acerca de la libertad, que trata otros conceptos como "democracia", "ley" o "justicia", manteniendo el tono de feroz crítica hacia el sistema americano que ya vimos en Dogville; pero lo que más me gusta de Marderlay es la forma en que la historia está contada, con esa cámara en mano, marca de la casa, con la que Lars Von Trier (siempre incisivo, siempre hiriente) nos acerca a las emociones a flor de piel de los personajes. Podemos empatizar con los errores que cometen una y otra vez los protagonistas, y así sufrimos con ellos el trágico destino que les aguarda: el inevitable sufrimiento que conlleva el vivir en una tierra de injusticias.

Tres motivos para que veas Manderlay y te guste:

1- Te gustó la primera parte, Dogville, y ésta la supera en más de un aspecto.

2- Los mejores títulos de crédito de los últimos tiempos, con una sucesión de imágenes de americanos armados y sonrientes, miembros encapuchados del Ku Kux Klan, etc... todo ello mientras suena la feliz música del Young Americans de David Bowie. Este final nos retrotrae a los films de Michael Moore (Bowling for Columbine, de 2002; y Fahrenheit 9/11, de 2004), y es que ambos (Moore y Von Trier) parecen querer tirar por tierra "el sueño americano" de los EUA.

3- El acercamiento de la temblorosa y palpitante cámara (en mano) del danés fundador del Dogme 95 a Grace (interpretada por la brillante Bryce Dallas Howard, a la que ya viéramos en El bosque, de M. Night Shyamalan) y al resto de personajes.

Valoración personal [1-10]: 9.


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