Día Internacional de la Poesía

Hoy se celebra el Día Internacional de la Poesía. Por ello, transcribo aquí uno de mis poemas más largos, que podría atribuir a ese apócrifo mío que es Ivajer Zeraval.
Me gusta pensar que es éste un poema que no sirve para ser leído, sino para conservarse como una llama primigenia que alumbrará en las noches heladas del alma de mi visitante. Tomad pues mi humilde obsequio:

El destello atávico

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Soy chamán.
Sé que me harán falta tres vidas como ésta,
Existencia fragmentaria,
Pedazos de tiempo arrancados de ajenas cuencas,
Para completar mi obra,
Para completar el conjunto de personalidades partidas,
Conjuntar las moléculas esclavas y consagrar el enlace.
Para emerger al tiempo normal.
He sido vestido para completar mi obra.
El cáliz hirviendo del líquido denso y rojo.
Humeante y más profuso cada vez, completándome.
Soy chamán.
Soy el segundo y el milenio aunados,
Según rezan las sagradas profecías,
Mi destino es la ruptura de los actuales regímenes,
En que las estructuras están infectas,
Según desvelan los esdrújulos movimientos del gusano,
La tierra se descompone.
Yo me anuncio.
Para renacer en vosotros como sangre supurada.
Para completar mi obra.
He sido vestido de escorpión.
Mis seguidores serán legión,
Igual que en mis ojos se reflejan todos mis sicarios.
Cumpliré todos mis propósitos.
Según rezan las sagradas profecías
De papeles mohosos, agujereados y decrépitos,
Estos días acabarán pronto,
Seré yo,
Para emerger al tiempo normal,
Ascendido al caudal de la vida,
Como un renacido,
Lideraré mi propio imperio.
Soy chamán,
Existencia fragmentaria
Que, si vive,
Arde el influjo,
Cruel destello atávico en mí,
En las civilizaciones venideras,
Se abre lacerante la verdad única,
Es una,
Como yo, desnudo entre las estepas,
Vislumbrando el cambiante horizonte,
Muriendo en los confines del planeta
Para luego renacer,
En angostos callejones atestados,
Donde entre la hedionda corrupción,
Tomo conciencia de mí,
Y la verdad única se abre lacerante en mí,
Existencia fragmentaria,
Que ha sido, es y fue,
Que será mañana otro,
Una y otra vez,
Muriendo en los confines del planeta
O en angostos callejones de hedores nauseabundos,
Una y otra vez.
Retorno a mí.
Vislumbrando el cambiante horizonte,
Desnudo entre las estepas,
Soy chamán.
Si te das la vuelta no hay nada,
Sólo el frío viento soplando en un llano en Ambarchic,
Sólo el fuego en una hoguera en Perú,
Sólo un agua mansa y honda en Taipei,
Y la memoria baja a los fondos abisales,
Cuando aún no vivía lo primario,
Cuando aún no era yo,
Renacido al mundo como cuerpo blando,
Que segrega la substancia del fracaso que no es,
Bestias ciegas en las tierras secretas subacuáticas,
Hurgando en el principio jamás mostrado,
Mientras mi piel cae en jirones,
Aún no muerto por vez primera,
Cuando aún el dios no había dictado su credo,
En un mundo vacío
(Lo miras y ahora está vacío ante tus ojos),
En que las estructuras están infectas,
Como flores de pus y flema cayendo de sus propios tallos,
Que son los cimientos prohibidos…
…El alma humana no debe pasar…
Bestias ciegas todavía hurgando ahora empiezan a alterar,
Acaso a entender,
Como un renacido,
En un mundo vacío.
Y la memoria sube de los fondos abisales.
Y en el aquí,
Encuentro la sabiduría clara del pueblo y de la forja,
Aprehendo y redescubro el árbol y el cielo,
Como un renacido,
Me acerco a la instantánea y milagrosa luz,
Rugiendo desde siempre ligera en mi pecho.
Es la ignota fluctuación en mí,
Danzando desde siempre en mi mente…
Rugiendo desde siempre en mi mente,
Retorna al ahora.
En un mundo vacío
(Lo miras y ahora está vacío ante tus ojos),
Con bestias mutadas, retorcidas y ciegas,
Que no han dejado de hurgar desde el inicio ancestral.
Y es aquí donde sin aviso desvelo mi eyaculación.
Donde la inspiración y el amor han arraigado en mí,
Donde dejo de lado la sobriedad y la pulcritud y el pudor,
Y vuelvo a ser salvaje.
Vuelvo al ser auténtico de mis orígenes,
Desde donde la verdad única se abre lacerante,
Y el resplandor dibuja mi camino desapareciendo en la inmensidad,
Como un nómada en las esferas externas de la vida,
Visionando el cambiante horizonte del mañana,
Como un eterno buscador del anhelo máximo,
Latiendo en los corazones de la raza,
Palpitando como sexos ardientes en la tarde primaveral,
Me desnudo en las estepas,
Para completar mi obra.
Soy chamán.
Llegado desde los estratos impredecibles de lo divino.
Me cuelo en fragmentos de espacio no vistos,
Y me decanto hacia lo humano,
Permanezco,
Me presento ante multitudes.
Soy móvil e inacabado.
Yo me anuncio.
La tierra se descompone.
Soy como el sutil movimiento en la superficie del agua.
Hablo de torbellinos interiores.
La tierra se descompone.
Viejos cráneos horadados estallan una vez y para siempre.
Un milagro se hace cierto.
Como el centelleante brillo prodigioso en el pálpito de la vida,
Se hace cierto para siempre,
Ante la muerte danzante que se extiende enrededor,
Cascando los congelados corazones de la raza.
Para siempre un milagro,
Del escorpión y del fuego y del mono y del hombre,
En la historia de los tejidos insuflándose eternidad,
Un milagro,
El anhelo máximo colándose a través del cristal del tiempo,
Es perpetrado,
Para regocijo del mundo decadente,
Lo perpetuo y lo mortal se reconcilian,
Se enrevesa la creación originaria,
El misterio último,
Marchitando la fuerza de la cultura,
Me da paso a mí,
Que soy caimán, soy lince,
Soy chacalán, soy tigre,
En las llanuras de más allá de los territorios transitados
Muestro mis colmillos,
Como un peregrino en los páramos periféricos,
Pervierto algo prístino y crucial,
Latente en los intestinos del mundo,
Soy vómito, soy saltamontes,
Gritando en los confines de la tierra,
Como un peregrino en los páramos periféricos,
Como un nómada en las esferas externas de la vida,
Como un saltamontes esperando silencioso,
Como un cáncer que vencerá la vieja fibra,
Como un renacido.
Permanezco firme e inmóvil,
Aguardando el transcurso del fluir dudoso e incesante
Del tiempo.
He sido vestido para completar mi obra.
La tierra se descompone.
Yo me anuncio.