Primal Scream y todo lo demás (2 de 2)
(Esta narración es algo parecido a un reportaje gonzo en dos partes sobre la actualidad musical en España en los últimos meses (centrado sobre todo en la ciudad de Barcelona, y también en Madrid), que incluye opiniones sobre el Primavera Sound (1-2-3 de junio) y Summercase (14 y 15 de julio) de este 2006.)
Ese sábado 15 de julio de 2006 terminó en Barcelona el concierto de Primal Scream, y la sensación entre el gentío bohemio fue similar al del fin de una guerra: el estruendo había terminado, y la alegría se diluía en un considerable cansancio generalizado. Esa noche, la maratón continuó con el acelerado bombardeo del dj set de los Chemical Brothers y otras propuestas, pero ya los corazones sentían
que todo había acabado mientras los aturdidos miembros no cesaban de bailar.
Antes de aquello, los sueños de los jóvenes con ansias de bailar y de los amantes del rock de la ciudad barcelonesa se habían visto truncados por diferentes hechos desafortunados: no sólo se habían cancelado sendos conciertos de dos bandas míticas como The Rolling Stones y The Who, sino que en los últimos días Syd Barrett, primer
cantante y líder de Pink Floid, había fallecido. Syd había sido uno de los fundadores de la psicodelia británica, y nos abandonaba ahora, 35 años después de la muerte de otro de los grandes iconos hippies como fue Jim Morrison. Tantos años después del fin del sueño, diletantes y melómanos, musicólogos y otros defenestrados varios, sentían que aquella melancolía se adueñaba de ellos otra vez.
El movimiento que fusionó música de baile y rock en la década de los ochenta en Manchester (encabezado por grupos como los Happy Mondays, New Order, The Stone Roses o The Charlatans) había representado un nuevo amanecer de los colorines y el amor, y sus ecos llegarían hasta Barcelona y Madrid en el verano del 2006 a través del Summercase, pero antes de este festival Barcelona había disfrutado ese mismo año de otro festival de índole semejante: el Primavera Sound.
[+...]
Ante tal panorama de desolación musical algunos rockeros de pura cepa huyen de Barcelona para ver a Bob Dylan el día 8 de julio en Madrid (Collado-Villalba), y allí dejarse transportar por el viejo bardo de Minnesota (de 65 años de edad) hasta más allá de las puertas del cielo, a la espera de la llegada del Summercase y de los Primal Scream y todo lo demás.
Los misteriosos Daft Punk, tras sus máscaras.
Y finalmente llega el día 14 de julio del 2006, y mientras en Madrid miles de adictos al pop-rock, completamente flipados, viven el éxtasis de los grupos del Madchester de los 80-90 (los Primal Scream arrasan según dicen, como harían al día siguiente en BCN...), en Barcelona ese mismo viernes algunos nombres clave de la electrónica internacional hacen las delicias de la afición. Massive Attack despliegan su hipnótico hechizo de trip hop y letanías turbulentas (centrado sobre todo en los discos Mezzanine y Blue Lines); y a última hora Fatboy Slim hace menear los esqueletos de todo el que haya podido resistir hasta casi llegada la madrugada; pero los que se llevan la palma ese día son los franceses Daft Punk que, escondidos tras sus cascos futuritas y subidos a una enorme pirámide de luces, conducen una sesión de baile y ciencia-ficción sonora digna de los herederos de los propios Kraftwerk.
Y al concluir el viernes llega el segundo día del Summercase 2006, y llega el gran día del ROCK (con mayúsculas), con Primal Scream y todo lo demás.
(Quiero dedicar todos los desvaríos de este artículo a Juanma, Cristina, Joan y Rodri. De ellos son casi todas las ideas y frases inspiradas que nutren este texto. Mía es sólo la pluma que las transcribe.)
Ese sábado 15 de julio de 2006 terminó en Barcelona el concierto de Primal Scream, y la sensación entre el gentío bohemio fue similar al del fin de una guerra: el estruendo había terminado, y la alegría se diluía en un considerable cansancio generalizado. Esa noche, la maratón continuó con el acelerado bombardeo del dj set de los Chemical Brothers y otras propuestas, pero ya los corazones sentían
que todo había acabado mientras los aturdidos miembros no cesaban de bailar.
Antes de aquello, los sueños de los jóvenes con ansias de bailar y de los amantes del rock de la ciudad barcelonesa se habían visto truncados por diferentes hechos desafortunados: no sólo se habían cancelado sendos conciertos de dos bandas míticas como The Rolling Stones y The Who, sino que en los últimos días Syd Barrett, primer
cantante y líder de Pink Floid, había fallecido. Syd había sido uno de los fundadores de la psicodelia británica, y nos abandonaba ahora, 35 años después de la muerte de otro de los grandes iconos hippies como fue Jim Morrison. Tantos años después del fin del sueño, diletantes y melómanos, musicólogos y otros defenestrados varios, sentían que aquella melancolía se adueñaba de ellos otra vez.
El movimiento que fusionó música de baile y rock en la década de los ochenta en Manchester (encabezado por grupos como los Happy Mondays, New Order, The Stone Roses o The Charlatans) había representado un nuevo amanecer de los colorines y el amor, y sus ecos llegarían hasta Barcelona y Madrid en el verano del 2006 a través del Summercase, pero antes de este festival Barcelona había disfrutado ese mismo año de otro festival de índole semejante: el Primavera Sound.
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Ante tal panorama de desolación musical algunos rockeros de pura cepa huyen de Barcelona para ver a Bob Dylan el día 8 de julio en Madrid (Collado-Villalba), y allí dejarse transportar por el viejo bardo de Minnesota (de 65 años de edad) hasta más allá de las puertas del cielo, a la espera de la llegada del Summercase y de los Primal Scream y todo lo demás.
Los misteriosos Daft Punk, tras sus máscaras.
Y finalmente llega el día 14 de julio del 2006, y mientras en Madrid miles de adictos al pop-rock, completamente flipados, viven el éxtasis de los grupos del Madchester de los 80-90 (los Primal Scream arrasan según dicen, como harían al día siguiente en BCN...), en Barcelona ese mismo viernes algunos nombres clave de la electrónica internacional hacen las delicias de la afición. Massive Attack despliegan su hipnótico hechizo de trip hop y letanías turbulentas (centrado sobre todo en los discos Mezzanine y Blue Lines); y a última hora Fatboy Slim hace menear los esqueletos de todo el que haya podido resistir hasta casi llegada la madrugada; pero los que se llevan la palma ese día son los franceses Daft Punk que, escondidos tras sus cascos futuritas y subidos a una enorme pirámide de luces, conducen una sesión de baile y ciencia-ficción sonora digna de los herederos de los propios Kraftwerk.
Y al concluir el viernes llega el segundo día del Summercase 2006, y llega el gran día del ROCK (con mayúsculas), con Primal Scream y todo lo demás.
(Quiero dedicar todos los desvaríos de este artículo a Juanma, Cristina, Joan y Rodri. De ellos son casi todas las ideas y frases inspiradas que nutren este texto. Mía es sólo la pluma que las transcribe.)
Comentarios: 4
yo estuve en el de Madrid, ¡que pasote de concierto, son cada vez mejores! ¡con una potencia así y ese volumen cualquiera no arranca a bailar! fueron lo mejor, es verdad. New Order en Madrid tampoco estuvieron finos, la verdad, siento decirlo. ¡Un saludo!
Daft Punk Daft Punk, que son en realidad por si no lo sabes los músicos Thomas Bangalter y Guy-Manuel de Homem-Christo, son la peeera, sí señor mío. He tenido la suerte de verlos un par de veces, y se salen cada vez. Hay que decir que están en plena forma, que son los Kraftwerk modernos, y que arrasaron en el Summercase, como no.
SALUDOS DE IVI
Hola guapo!!! me alegro de que sigamos siendo "la célula". Nuestra cadena de ADN musical cada vez es mas fuerte. Este es e 4º festival de nuestra unidad celular, y espero que nos queden muuuchas más!!!!!!. Primal fue mágico, yo al menos, perdí la noción del tiempo y del espacio... no sé cómo describirlo... sólo me ha pasado en los conciertos de Primal. x + festivalesss (aupa los B.F!!) :-)
A mí m pasó exaxtamente lo mismo con Primal (las dos veces). La segunda vez (en este Summercase) fue empezar el concierto y me inundó esa vibración especial, que te hace perder por completo la noción del tiempo. Yo se lo decía al Juanma: la verdad es q no tengo ni idea de cuanto duró ni de el nº aproximado d canciones q tocaron... Por eso me decidí a hacer un reportaj pseudo-gonzo, es decir, que no aporta demasiada info y q está escrito con un lenguaje y un tono dramático-paranoico-epopéyico, o algo así. :p
La verdá es q stoy seguro d q habrá más festivales en q s unirá LA CÉLULA q los cuatro (y quien se nos une) formamos. Yo de hecho abogo (y ya se lo expuse a mr. Joan con sólidos argumentos) por pillar el coche el any q ve e irnos a Benicàssim (si el cartel lo requiere, vamos...)
Todo se andará... Ns vemos. Deu!
PD: Gracias x comentar, ya veus q he robado para este post algunas frases e ideas sueltas d mis compañeros de andanzas dls festivales! :p
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